Entrevistador: En mi clase, Escritoras latinoamericanas del siglo XXI, hemos hablado de los diferentes circuitos de publicación por países o regiones y la importancia de las editoriales internacionales, además de las dificultades que existen para que los libros se puedan mover de país a país, de región en región, para que sean traducidos, etc. ¿Cómo ha sido el proceso de publicación y recepción de libros para ti en Ecuador o fuera del país? Especialmente empezando con la autopublicación cómo lo hiciste tú.

Nosotros como creadores debemos agradecerles siempre a los lectores. Hay mucha oferta de lectura, tal vez como nunca en la historia. Hay diferentes vías: en redes sociales, en WhatsApp, publicaciones físicas, publicaciones digitales, en podcasts. Y entonces el que estemos dialogando ahora y el que me des la posibilidad de también extender esta voz a la clase es realmente un gusto y un privilegio. Si miramos, como te digo, se siente la gran oferta de recursos culturales y la limitada capacidad que tenemos para receptar. Porque va a llegar un momento que ya te saturas de voces, de discursos, de imágenes, entonces tienes que parar y también seleccionar, ¿no? Mi recorrido se parece al de muchos escritores en Ecuador, que, a diferencia de algunos de mis colegas, mis primeras publicaciones no fueron en España. Mis primeras publicaciones fueron y siguen siendo en Ecuador. Yo empecé con una primera publicación en el año 2000, un libro de cuentos que se llama Tinta Sangre. Esta primera publicación salió por una productora, se llama Gato Tuerto Producciones. 

Entrevistador: ¿Cuál es la diferencia entre una productora y una editorial?

Una productora se dedica a crear contenido, usualmente audiovisual y ellos [Gato Tuerto] eran una productora audiovisual. [En la página de detalles de publicación] pusimos la dirección de la casa de este amigo. Entonces era una cosa muy artesanal, ¿no? Y veo que aquí tenía mi correo de Yahoo, que ya no existe. Eso fue hace 24 años atrás. Mi estilo prevalece, por ejemplo, los tonos. El primer cuento de este libro se llama la noche 1002 y es como una escritura de las mil y una noches. Los temas que me interesan ya estaban presentes en mi trabajo desde el año 2000, entonces lo que he hecho es como profundizar, refinar. Yo he pasado por la autopublicación, porque ¿Qué hacemos con mi escritorio en Ecuador? Me doy cuenta de que las cosas han cambiado mucho.

El último de mis sueños era llegar a España. Cometí errores como imprimir demasiados libros. Todavía hay libros en mi casa. Pensaba que mientras más, mejor, y eso es una cosa criminal. Luego de esto siguió otro libro, también autopublicado, que se llama Dracofilia, seguir por este camino de publicar con amigos, de conseguir fondos. Hicimos una publicación conjunta entre la editorial de María Paulina Briones, que se llama Cadáver Exquisito que una editorial guayaquileña muy respetable que ha publicado ahora incluso autores internacionales como Lina Meruane y hubo una fusión entre La Caracola, editorial quiteña, y entre Cadáver Exquisito. Así logré entrar al mercado quiteño. 

La bondad de los extraños fue un punto de ruptura en mi carrera. Yo creo que había madurado como narradora. Muchos de esos cuentos salieron publicados en Candaya, editorial española. Pero hasta llegar al mercado español yo me había demorado 15 años de producir, de ser una escritora de provincias. Aparecí en un par de antologías, ya había ganado también un par de premios con Balas Perdidas, que se publicó antes de La bondad de los extraños. Gané un Joaquín Gallegos Lara, el premio más prestigioso que en Ecuador puede ganar un cuento. En un festival de poesía en Guayaquil conocí a los editores de Candaya y ellos querían captar voces de Ecuador y entonces conversamos, yo le presenté una muestra de mi trabajo. El trabajo con Candaya marcó un antes y un después en mi trabajo y también ha hecho que llegue a más lectores. El tema de la distribución es muy arduo. Entonces, si tú entregas tu material a una editorial ecuatoriana, lo más probable, salvo ciertas excepciones, es que no lleguen tan lejos, por eso es que muchos escritores ecuatorianos latinoamericanos están buscando llegar a otras editoriales extranjeras porque van a tener mayor distribución. En Ecuador todavía no hay bibliotecas o librerías que se consoliden, con algunas excepciones.

¿Tú sabes qué en Ecuador no hay correos? Es como un país de lo real maravilloso, entonces, conseguir correos que te traigan cosas es muy difícil, van a pagar cientos de dólares, entonces qué complejo es ser ecuatoriano y editar afuera si estás fuera de España.

Entrevistador: Tú has trabajado en dos publicaciones digitales. ¿Puedes hablar un poco sobre eso?

Una de ellas la edité con un amigo muy querido, Salvador Luis, quien estaba en un proyecto editorial que se llamaba Suburbano Editores. Entonces me pidió una antología y sacamos una colección de un material que le pusimos a título Episodio Aberrante. La otra es una edición completamente liberada porque en ese momento yo dialogaba mucho con un amigo nicaragüense. Y él tenía una editorial virtual, él era hacía gráficos, editaba, dibujaba. La iniciativa la sacamos por un recurso que se llama Creative Commons. Y liberé los derechos a la red de este texto que se llama Caja de Magia. Un ejercicio de microrrelato que toda gira en torno al concepto de la magia, y está hermosamente dibujado y editado por este amigo mío, Alberto Sánchez Argüello, que sé que ha seguido escribiendo microrrelatos y novelas y le va muy bien también una voz muy fuerte ahora en Nicaragua. Lo hicimos porque también pensábamos que era un ejercicio de difusión, lo lanzamos al mundo. Vete por ahí una botella en el mar y que ojalá alguien lea. ¿Y entonces también muchas personas me han dicho, no te da miedo el pirateo? No hay forma de evitar el pirateo.

Entrevistador: Y hablando del internacionalizarse un poco, esto de publicarse en España es algo a lo que muchos escritores ecuatorianos aspiran. Y, después de España ¿A dónde se aspira más allá de eso?

La siguiente frontera es la traducción. Me contactaron de una editorial brasileña y me solicitaron el libro Un mundo raro y lo tradujeron al portugués. La recepción fue bastante buena y estoy contenta. Preparándome para ese diálogo contigo estaba revisando un artículo extensísimo de El País acerca del nuevo boom y varias respuestas que se daban a este fenómeno y una de ellas es ¿Qué sigue luego del boom? 

Otra cosa que te va pasando es que te contactan traductores, hace poquito recibí el contacto de un traductor que me dijo, ¿estás interesada en que yo traduzca un par de cuentos tuyos y los mande a un concurso de traducción? Le dije por supuesto. El año pasado también me contactó un traductor, Víctor, y estábamos viendo la posibilidad de entrar en una antología de cuento norteamericano traducido al inglés. Entonces tradujimos un cuento que todavía no sale y él lo postuló junto con la obra traducida de otra colega más, pero resulta que ni ella ni yo entramos, porque la editorial que estaba interesada en cuentos de terror concluyó que nuestros cuentos no eran de terror. Entonces lo propuso a otro espacio, que es una especie de revista cultural con mucho prestigio, Asymptote. Lo leí y para mi sorpresa, el 31 de diciembre me dice que ha sido el cuento más leído del 2023. Entonces son caminos que la obra se va abriendo y poco a poco ya vas logrando otras traducciones a otros espacios y ferias del libro.

Pero yo siento que este camino para quienes estamos en Ecuador es un camino de avanzar y retroceder. Tienes que estar muy atenta y estar abierta a ofertas. Pero sobre todo también creo que es importante tener los pies asentados en la tierra, como el cable de la realidad. ¿Quién eres tú? Yo, aparte de escribir, soy docente universitaria, soy profesora de la Universidad de las artes, doy clases de escritura creativa. Doy literatura ecuatoriana contemporánea, una materia que amo mucho porque me ha ayudado a entender, digamos, en qué momento del tiempo y el espacio estoy escribiendo, quién viene adelante, que viene atrás. Sonia Manzano, Ileana Espinel, Livina Santos, hay un camino ya abierto por estas otras compañeras que han demostrado que la literatura latinoamericana tiene mucha calidad, por lo tanto, ya no se duda tan sencillamente, pues tú mandas tu obra y se dialoga, pero en el pasado eso era no era posible.

Entrevistador: Hablando del boom, en mi clase hemos discutido mucho esta idea de que quizá haya un nuevo boom y esta vez las mujeres están más incluidas, y no sé tú qué piensas. ¿Estamos experimentando un nuevo Boom de la literatura latinoamericana?

Coincido con mis colegas, el término Boom siempre va a tener una connotación histórica como muy pesada. Eso sí, no hay otra manera de denominarlo. El boom era básicamente el resultado de una serie de situaciones histórico-sociales donde un grupo de escritores muy reducido, que se van a caracterizar, sobre todo por el fenómeno editorial. ¿Y, en qué consistía el fenómeno editorial? Hubo una agente literaria, Carmen Balcells, que hizo todo lo posible por colocar las obras de estos autores al acceso del público europeo. También estuvo ligado con la migración. Quizá si se quedaba Cortázar en Argentina las cosas fueran diferentes. Hay algunos autores y algunas autoras que han hecho ese desplazamiento y entonces desde España han tenido una mayor capacidad para potenciarse. 

Ahora yo creo que las editoriales están más interesadas en publicar mujeres. De cierta forma también siguen alimentando que el latinoamericano escribe exótico, escribe raro dentro de esta línea del escándalo o del radicalismo de discurso, porque las editoriales han comprendido con que eso vende. ¿Entonces me pregunto, hasta qué punto estás sirviendo a los intereses editoriales o estás sirviendo tu propia obra? Te doy un ejemplo, a mí me interesa mucho el tema del sueño, la pesadilla, todo lo que tiene que ver con lo onírico. Estoy investigando en esa línea que seguramente va a terminar en la producción de un libro. Pero yo no sé si hay editorial que le interese publicar cosas acerca del tema del sueño. A una editorial española, le presenté lo que tenía y me dijeron, no, queremos cuentos fantásticos. Yo ya sé quién soy escribiendo cuentos de terror o cuentos fantásticos, me siento muy cómoda, esa es mi agua, pero todo creador tiene que salir de su agua para conocer otros espacios. El creador se rompe a sí mismo pero también tiene que jugar el juego de la venta, porque sino no come, entonces hay muchas cosas a tener en cuenta.

Entrevistador: ¿Cómo has manejado tú esta tensión? El saber cómo definir tu género porque tratas muchísimos temas en tus cuentos. Al menos en La primera vez que vi un fantasma identifiqué diferentes tipos de terror. ¿Cómo definirías tu género?

Me interesa mucho la imaginación fantástica, aquello que desborde la imaginación. El fantasma como tal es un recurso para explicar muchas situaciones humanas que resultan perturbadoras. Todos estamos conviviendo con fantasmas. Los fantasmas son las pérdidas. Los fantasmas son nuestro pasado. Los fantasmas son aquellas cosas a las que nos cuesta mucho renunciar porque están muy ligadas a nuestra condición humana. El cuento Atanudos, por ejemplo, arranca dentro de los tópicos más usuales del terror. Intenté que los cuentos tengan un hilo conductor, el fantasma, entendido de diferentes ángulos, incluso en algunos casos consolando a los vivos, dándoles un consuelo fantasmal.

Entrevistador: Entonces cada obra tiene su tipo de fantasma. En algunos cuentos me costó un poco más identificar el fantasma, por ejemplo, Paladar, me pareció más realista. 

En Paladar, el fantasma puede ser este seno extirpado de la mujer, entonces ella estaba sintiéndose incómoda con esta nueva feminidad amputada. En el último cuento también, La primera vez que vi un fantasma, hay una mujer mayor que está enamorada de un joven que la abandona y al final hay un fantasma que aparece como distractor para no pensar en real fantasma que es el abandono de este amante joven que la deja por otra. Es un libro que yo amo mucho. Estoy muy grata con él por todo lo que se ha dado justamente porque he podido llegar lectores, así como tú que lo lees en universidades. No puedo estar más que contenta de lo que ha salido de esa relación editorial con Candaya.

Entrevistador: La obra también me parece interesante, es una mezcla entre cuentos más largos, como Paladar que tiene un poco más de 15 páginas y, por ejemplo, Conversación de los amantes que solo tiene una página. ¿Cuál fue tu motivación para entrelazar historias más largas con historias más cortas?

A mí siempre me ha interesado mucho el cuento breve. Me parece un género muy difícil. Hay un cuento muy cortito que me gusta mucho, que se llama La pierna, es como de folklore montubio. Me gusta darle variedad al lector. A veces quieres un cuento más largo y a veces uno más corto. En este siguiente trabajo que he entregado a Planeta Editorial también. 

Entrevistador: ¿Cuáles son tus planes futuros?

Este siguiente libro que se viene es El demonio de la escritura es una crítica a todo este sistema de vida, y los afectos y los odios del mundo literario. En este libro se critica el proceso, se ríe de la figura del autor. El libro empieza con una convocatoria de un escritor muerto para explorar la idea de los herederos de revivirlo para poder seguir lucrando de su fondo. El demonio de la escritura es entender que cuando tú entras al mundo literario entras a un pacto irrompible. Yo no puedo regresar el tiempo y borrar mi publicación, tengo que hacerme cargo de mi demonio, del pacto que hice.

Entrevistador: ¿Qué consejos tienes para escritores, especialmente escritoras, latinoamericanos que quisieran incursionar en el mundo de la literatura y seguir creciendo?

De pronto lo que me funciona a mí, no le funciona a otro. Creo que ahora hay muchos más espacios que no necesariamente son el mundo editorial tradicional, eso yo creo que es una ventaja. Yo tengo un conocido que empezó su camino literario ganando un mundial de escritura, por ejemplo. Por suerte el camino no es único, el camino es variable. 

Pero lo que también puedo decirles es que persistan. La vocación real es saber tolerar rechazos. De pronto alguien no está de acuerdo con lo que haces, el sentirte también un poco incómodo con lo que vas explorando. Si persistes y si lo haces bien, es probable que alguna posibilidad se haga y toma las posibilidades que se presenten, como recitales, la oportunidad de mandar tu textos a revistas literarias, ningún espacio es pequeño. 

Que leas literatura interesante, no solo siguiendo modas. Los top 10, top 20, los 5 mejores cuentos, siempre toda lista implica dejar fuera muchas cosas. Mi sugerencia es que desconfíe de las listas, busca tu camino, indaga, revisa, entra. Así es que yo también he llegado a algunos textos que me parecen hermosos y completamente anacrónicos. Ahora, por ejemplo, estoy leyendo Hombre Lento de Coetzee que me gusta mucho. Antes de eso leí Patricio Pron. Siempre leo muy variado, intento encontrar cosas que me resuenan de manera particular e inevitablemente cae un best seller, como Cometierra de Dolores Reyes. Pero busca tu propio camino como el lector, porque si no quedas atrapado en este bucle de lo que te recomienda la crítica y los críticos tributan a las editoriales.