Instagram post about aqui hubo una mujer Kianny N. Antigua es profesora de español en Dartmouth College y autora de más de treinta publicaciones entre artículos, cuentos cortos, libros infantiles y obras narrativas. En su antología Aquí hubo una mujer (República Dominicana, Últimos Monstruos Editores, 2018) la autora ha recogido una variedad de sus cuentos premiados en diferentes certámenes. Los quince cuentos de esta antología cuentan la evolución de la autora, y revelan su valentía al escribir historias incómodas sobre el amor, sobre cuerpos violentados, y sobre abandonos. Los cuentos en esta colección varían e entre los cómicos y los sobrios, y están llenos de representaciones comunes y poco comunes sobre las dificultades de ser mujer en nuestra sociedad de hoy en día.  

Leí la antología completa en una sola sentada, ya que me encontré inmersa en el lenguaje de Antigua y de las escenas que pintaba con sus palabras. Antigua es fiel a las frases y la cultura dominicana, que se manifiesta tanto en sus cuentos centrados en los ambientes del Caribe como en los situados en la ciudad de Nueva York, para presentarnos las experiencias de la escritora como una mujer e inmigrante dominicana. Como cuenta la escritora cubana Dainerys Machado Vento en una reseña crítica públicada en El BeiSmAn, “El lenguaje de la autora es desinhibido, sin llegar a coloquialismos.” La escritura de Antigua es sencilla y conversacional, pero llena de descripciones. Por ejemplo, así comienza su cuento “De tal palo a tal astilla”, aunque con un plot twist significativo: 

Mi mamá y yo somos dos gotas de agua. Una misma silueta en cuerpos distintos. Su pelo rubio tostado por el sol; el mío amarillo como ojos de gato. Su bocota capaz de levantar los más terribles piropos; la mía capaz de abarcar la mayoría de las cosas mencionadas en los piropos. Los ojos de mi mami (sin ofender) son como dos cucarachas, grandes y marrones; los míos como dos almendras secas. Mami tiene las caderas como solo el Caribe bautiza; mi cuerpo, moldeado como escultura de Maillol, pero color caramelo (modestia aparte). En fin, físicamente entre ella y yo solo hay quince años de diferencia (pág. 67).   

El cuento “El desyerbe” puede ser el más cómico de todos. Este cuento narra, de forma detallada y expansiva, la experiencia de un personaje que se hace una depilación de cera –un brazilian wax. Con este cuento me reí muchísimo, mientras al mismo tiempo torcía mi cuerpo por como la escritura de Antigua me hacía sentir el dolor y la incomodidad del personaje principal. 

No todos los cuentos de Aquí hubo una mujer cuentan situaciones cotidianas. Algunos, como “Una hora de vida” y “La corona”, abarcan géneros de la ciencia ficción o imitan las técnicas de la escritura de lo real maravilloso. Sin duda esta antología guía a sus lectores en una aventura llena de giros y sorpresas. No me cabe duda de que esta es una colección de cuentos especial, representativa de una autora que ha perfeccionado la técnica de contar historias que dejan impresiones significativas en sus lectores y lectoras. 

Kianny N. Antigua, a professor of Spanish at Dartmouth College and author of more than thirty publications, including scholarly articles, short stories, children’s books and novels. In her anthology Aquí hubo una mujer (Dominican Republic, Últimos Monstruos Editores, 2018) the author has collected a variety of her award-winning stories. The fifteen stories in this anthology demonstrate the evolution of the author and reveal her courage in writing uncomfortable stories about love, about violated bodies, and about abandonment. The stories in this collection range from humorous to sober and are filled with common and uncommon depictions of the difficulties of being a woman in our present society. 

I read the entire anthology in one sitting, as I found myself immersed in Antigua’s artistic use of language. Antigua is faithful to Dominican phrases and culture, which is shown through both in her stories focused on Caribbean environments and those set in New York City, that demonstrate how the writer draws inspirations for her short stories from her experiences as a Dominican woman and immigrant. As the Cuban writer Dainerys Machado Vento says in a critical review published in El BeiSmAn, “The author’s language is uninhibited, without reaching colloquialisms.” Antigua’s writing is simple and conversational, but full of descriptions. For example, this is how her story “De tal palo a tal astilla” begins, although it ends with a significant plot twist: 

Mi mamá y yo somos dos gotas de agua. Una misma silueta en cuerpos distintos. Su pelo rubio tostado por el sol; el mío amarillo como ojos de gato. Su bocota capaz de levantar los más terribles piropos; la mía capaz de abarcar la mayoría de las cosas mencionadas en los piropos. Los ojos de mi mami (sin ofender) son como dos cucarachas, grandes y marrones; los míos como dos almendras secas. Mami tiene las caderas como solo el Caribe bautiza; mi cuerpo, moldeado como escultura de Maillol, pero color caramelo (modestia aparte). En fin, físicamente entre ella y yo solo hay quince años de diferencia (pág. 67).   

The story “El desyerbe” may be the funniest of all. This story narrates, in a very detailed way, the experience of a character who gets a wax hair removal – a Brazilian wax. I laughed a lot at this story, while at the same time twisting my body in sympathetic pain because of how Antigua’s writing made me feel the discomfort of the main character. 

Not all the stories in Aquí hubo una mujer speak about mundane situations. Some, such as “Una hora de vida” and “La corona,” encompass genres of science fiction or imitate the techniques of writing from ‘lo real maravilloso’. Without a doubt, this anthology guides its readers on an adventure full of twists and surprises. I have no doubt that this is a special collection of stories, representative of an author who has perfected the technique of telling stories that leave significant impressions on her readers.