El Divino Narciso: La importancia de la religión en la vida de Sor Juana

Lo que me llamó la atención sobre el Divino Narciso de Sor Juana Inés de la Cruz es el aspecto puramente religioso de la obra. Anteriormente, solo he leído La Respuesta escrita por Sor Juana y la no he visto como una figura religiosa, una monja, sino una mujer intelectual. Como nota el comentario sobre la obra, “The practice of Reading Sor Juana chiefly through The Answer and her secular poetry has led to her acknowledgment as a poet, an intelectual, and a defender of women’s rights, but it has made possible the denigration of her vocation as a nun who prays, reads, thinks, and writes—all as a part of her religious calling.”
Dentro de El Divino Narciso, que relata la conquista de las Américas con la personificación de esa región, hay una cierta valoración por parte de Sor Juana sobre la religión cristiana. Ella no trata de castigar la imposición de la religión en las Américas, como en Nueva España, porque Sor Juana su misma beneficia y es un producto de esa doctrina; no se puede ignorar que es monja. Al mismo tiempo, Sor Juana presenta la situación de la conquista de las Américas como algo inevitable y, al menos violente, con el personaje del Celo. Mientras Celo—que posiblemente representa los conquistadores españoles—está descrito como una presencia masculina con rasgos impulsivas y violentas, se caracteriza la Religión Cristiana como una mujer más justa, pacifica, y paciente. Para Sor Juana, la religión permanece como una figura, una doctrina, que resembla la paz y la verdad. El Divino Narciso puede ser una celebración no solo de la religión en general, sino de lo que había significada la religión para la vida de Sor Juana.