Author Archives: ktapscot

Anti-imperialismo en Tú no sabe inglé

En él, Guillen nos relata la historia de “un negro” que presumía hablar inglés para cortejar a una americana, pero resultó fracasando. El contexto histórico es bien importante para analizar esta obra con la mejor precisión. Este poema nos sitúa en la segunda década el siglo XX, un periodo de historia en Cuba marcado por la sangre que dejó a su paso. El gobernante fue conocido como el “mano de hierro,” Gerardo Machado, que gobernó hasta 1933. Suprimió las voces disidentes de los estudiantes y la clase obrera hasta que por fin la lucha proletaria consiguió derribar su dictadura. Entones en el poema, un hombre se ve alejado de la americana de la cual se había enamorado como consecuencia de su carencia lingüística. Además, la voz poética intenta persuadirle no enamorarse con ninguna americana porque no sabe hablar su idioma. Vemos una alusión a un sentimiento antimperialista – a causa de la influencia extranjera y la compulsión consecuente de asimilar, el hombre pierde su identidad. Los estados unidos fueron seguramente esta presencia imperialista. Creo que la tendencia estadounidense de querer que cada visitante hable nuestro idioma sigue viviendo en nuestra sociedad. Se lo puede ver en las noticias y videos en los que unos americanos ignorantes avergüenzan a otros por no hablar inglés. Las raíces de nuestra nación como fundadas en imperialismo – desde lo que ocurrió en 1492 con Colón – han producido una sociedad fuertemente, incluso si no conscientemente, imperialista y exclusivista. Guillen lo notó, igual que Langston Hughes, y ojalá que las generaciones venidas podrán contrarrestar esta actitud al menos un poco.

El texto ha sido convertido en varias canciones, lo que a mi me pareció extraño, pero han tenido bastante éxito.

El existencialismo de Unamuno

Me interesó mucho la agonía existencialista que expresa Miguel de Unamuno en su poema A mi buitre. Nos relata una historia parecido a la de Prometeo, con los buitres devorando sus entrañas. Según este mito griego, el hombre que ha robado el fuego de los dioses para darlo a los ser humanos se ve castigado por Zeus, en la forma de un águila que tuvo el objetivo de comer el hígado de Prometeo. Siendo éste inmortal, su hígado volvía a crecer cada noche y el águila regresó a comerlo una y otra vez – así sufre un castigo eterno. La alusión de Unamuno a este mito es bastante clara aquí, pero se refiere, creo, a la agonía del existencialismo. El año pasado leí la novela San Manuel Bueno, Mártir por Unamuno, que se trata de un cura adorado que predica apasionadamente la Biblia, pero en realidad no cree en Dios. Habla de “la cruz del nacimiento” – quiere decir, la inevitabilidad de la muerte con la que tiene que lidiar. “Cruz” en este contexto tiene un significado religioso – Jesucristo tuvo que llevar una cruz y luego fue crucificado, así es un emblema del cristianismo – pero también se lo puede entender como suplicio, tortura. El nacer con la necesidad de entonces morir puede ser una cruz, porque es muy difícil de aceptar. Aquí en este poema creo que Unamuno insinúa algo parecido – ya que el buitre desaparece algún día, “el día en que le toque el postrer sorbo” (5), es probable que este momento es la muerte, y los buitres los pensamientos y dudas existencialistas que devoran al hombre hasta entonces. La repetición de este castigo se debe a la tendencia humana inamovible de buscar respuestas racionales en la vida – es por esta tendencia lógica que San Manuel no puede vivir en paz y en fe. Quiere someterse a la fe, pero la duda merma la fe continuamente, resultando en esta agonía ineludible. Hay un conflicto fundamental en estas formas de pensar fundamentales, por eso su lucha es “atroz” y “nunca se le apaga”.  

Don Juan Tenorio – es una obra machista?

Me parece fascinante la representación del libertinaje bastante abierto en Don Juan Tenorio. En la superficie, es decir, cuando por primera vez oí hablar de los rasgos de este Don Juan, tuve ganas de leer y condenar este ejemplo flagrante de machismo en la sociedad español. Sin embargo, la experiencia de leer la obra misma no me dio la impresión que había esperado. El libertinaje, el machismo, y la rebeldía de Don Juan son increíblemente obvios en la obra. El protagonista no finge ser nada más que el bellaco que es, y la obra no trata de ocultar estas características suyas. Por cambio, El Sí de Las Niñas pretende defender los derechos de la mujer, pero en realidad lo menosprecia. Don Diego, por ejemplo, aboga exageradamente por el derecho de la mujer elegir su propio marido, pero cuando por fin elige el hombre que la obra pinta como más apropiado, él se lleva todo el mérito por la alegría que entonces encuentra. La realidad es que no escucha a las mujeres que pretende defender, incluso les quita la voz, y por eso tiene esta obra ostensiblemente progresiva un reverso oscuro. Por el contrario, esta obra es explícito acerca del comportamiento sexista de sus personajes. Incluso titula el primer acto “Libertinaje y Escándalo”. El comportamiento machista de Don Juan se pone de manifiesto y se lo denuncia toda la obra. No lo trata de ocultarlo, sino está a plena vista. Además, al final de la obra Don Juan se arrepiente. Se siente atormentado por su mala conducta y cambia repentinamente a un hombre que tiene valores y conciencia, y por lo tanto se lo ve perdonado. La cuestión de si él puede debe ser perdonado, o si se ha arrepentido lo suficiente, está por ver. Es esta representación sutil detrás de lo obvio que determina el mensaje de la obra. Don Juan Tenorio presenta una representación obvia del libertinaje de su protagonista, y por eso no es tan ofensivo que uno pensaría.

El surgimiento del neoclasicismo

Me fascina bastante esta transición de lo barroco al neoclasicismo en el siglo XVIII. Fue un cambio multifacético, me parece: desde exceso hacia mesura, desde descentramiento y experimentación hacia equilibrio y exactitud, desde ostentación hacia refinamiento, y desde innovación artificiosa hacia cambio dentro de normas preestablecidas. Me pregunta qué se perdió por causa de esta cultura y qué se ganó. Por un lado, quizás este nuevo énfasis en las normas ahogó la creatividad de algunas artistas. Entre tanta rigidez, ¿cómo podía un(a) escritor(a) escribir a pleno rendimiento? Además, la insistencia en la razón y la verosimilitud podría haber sido bastante agobiante en cuanto a la literatura. La necesidad neoclásica de comprobar todo y Además, por su propia naturaleza es el neoclasicismo un movimiento imitativo; toma inspiración de la época anterior de clasicismo. Además, fue caracterizado por una fijación con lo francés y lo italiano, otra sugerencia del poder sofocante de este movimiento literario. Se puede ver evidencia de esto en la escasez de la narrativa durante esta etapa – fue eclipsada por la gran cantidad de ensayos que florecieron. También se puede ver como se frenó la literatura creativa en los poemas que leímos que vinieron de la edad de neoclasicismo. Se enfocan comúnmente en una moraleja, encajando con el racionalismo esperado. Cuando leí el poema La Lechera, pensé inmediatamente en La Vaquera de la Finojosa, como poema quizás parecido, una reflexión que juguetea todo el tiempo, hablando apasionadamente de una mujer con la que la voz poética se había dado. Pero este poema neoclásico no se pareció en absoluto al otro – fue solo un cuento de moraleja avisando no hacer las cuentas de la lechera. Esta transición me parece fascinantemente drástica, desde sentimientos a racionalidad y imaginación a limitación. Aunque seguramente tuvo muchos beneficios, me preocupa la posibilidad de que el periodo de neoclasicismo quitó algo bello y libre de la corriente literaria latinoamericana.

Hombres necios

Este poema nunca deja de sacarme de quicio, y me fascina cada vez ver la prueba de que existía pensamiento feminista aún en el siglo diecisiete. Desde tiempos inmemoriales, y aún ahora, se suele echar la culpa de la seducción a las mujeres. En Paraíso Perdido por Milton, se ve a Eva adulada y fácilmente persuadida por la serpiente para que comiera el fruto prohibido. Débil en su vanidad y credulidad, Eva pasa a ofrecer el fruto a Adán, llevando a él, y a la humanidad, al pecado. Entonces tenemos una imagen de la primera mujer de todas como una seductora, y es una imagen cuyos efectos se sienten aún hoy en día. Pero Sor Juana pone este estereotipo patas arriba, sugiriendo que los hombres son “la ocasión / de lo mismo que culp[an]” (3 – 4). Introduce la idea, que de verdad me parece en aquel tiempo revolucionaria, de que el hombre tiene la misma culpa, si no más culpa, en la seducción. Se puede ver esto cuando dice, “¿Cuál mayor culpa ha tenido / en una pasión errada: / la que cae de rogada / o el que ruega de caído?” (49 – 52) Otra vez pienso en Paraíso Perdido con la mención del caer. Es una fuerte denuncia de la hipocresía masculina que presenta Sor Juana; critica resueltamente la tendencia de los hombres de ser mojigatos, de andar eligiendo y juzgando a las mujeres mientras siendo totalmente caprichosos y irrazonables sobre qué realmente quieren en una mujer. Además, las cualidades de la mujer que les escandalizan tanto, las crean ellos mismos. La representación que sugiere Sor Juana es revolucionaria también en la manera de que pinta el comportamiento femenino ante el amor. Hemos visto un montón de poemas, jarchas y moaxajas, que representan a la mujer como histérica, una ruina sin control de sus emociones, enfermando al hombre normalmente imperturbable. Pero Sor Juana nos presenta con una representación de la mujer como la pareja más lógica en asuntos de amor. Es una inversión de roles refrescante. Al terminar este poema siempre estoy enardecida; Sor Juana hace un comentario mordaz sobre el hombre, equiparándoles no a dioses y reyes como suelen ser comparados, sino al “diablo, carne y mundo” (67 – 68). En un mundo donde el poder masculino seguramente era sofocante, Sor Juana socava su autoridad, reduciendo a los hombres a chicos traviesos que hacen cosas verdaderamente fatuas.Mira en esta foto como Eva se tapa la cara con las manos en su vergüenza: ella es la mujer pecadora desde el principio.

¡Ay mísero de mí!

Este primer monólogo de Segismundo me parece clave para la obra, además que la literatura y el pensamiento religioso hispano. El príncipe encadenado reflexiona sobre su sufrimiento como ser humano y su cautiverio, tanto literal como figurativamente. Reconoce su crimen al principio, admitiendo, “pues el delito mayor / del hombre es haber nacido” (111-112). Aquí introduce la idea del pecado original, la desobediencia de Adán y Eva en el Jardín de Edén que dio como resultados la caída de la raza humana. Según el cristianismo, cada hombre es concebido y nacido en pecado; la naturaleza humana es corrupta. Me recuerda del libro San Manuel Bueno, Mártir por Miguel de Unamuno, que menciona frecuentemente la idea de “la cruz del nacimiento”. En esta novela, el sacerdote agnóstico San Manuel experimenta el conflicto angustioso entre la creencia en la existencia de dios y la duda, que procede de la inclinación del ser humano a pensar lógicamente y buscar explicaciones racionales. Hay que aceptar la existencia de Dios sin prueba y tener fe a pesar de todo, pero la duda merma la fe continuamente. Para el sacerdote agnóstico San Manuel igual que Segismundo, es la inevitabilidad de la muerte les persigue, entonces el haber nacido es una lacra.

Además, creo que tiene algo que ver con Coplas por la muerte de su padrey la idea que introduce de la muerte como un río. El padre de Jorge tenía el aplomo y la resignación cristiana para aceptar la voluntad de Dios y desembocar en “el mar / que es el morir”. El uso de un cuerpo de agua para ilustrar la muerte es un tema recurrente en la literatura hispana, y creo que sugiere el misterio, la inquietud, y lo desconocido envueltos en la muerte. Además, insinúa la falta de libre albedrio, en la medida en que somos pasajeros desamparadamente llevados por la marea. El tema de la inevitabilidad de la muerte se ve en Coplas igual que el monólogo de Segismundo – él lucha incansablemente con su impotencia contra su sino, como vemos cuando lamenta, “¿y teniendo yo más alma, / tengo menos libertad?” El aceptar que, debido al pecado original que le ha manchado, nada de lo que pueda hacer tendrá efecto sobre su destino es una conclusión difícil de confrontar. Estas inquietudes filosóficas son a mi parecer fundamentales a la existencia humana.

Bibliografía

Lewis-Smith, Paul. Calderón De La Barca: La Vida Es Sueño. Grant & Cutler, 1998.
Unamuno, Miguel de. San Manuel Bueno, Mártir. Create Space, 2017.

Los motivos encubiertos de Manrique

A primera vista, Coplas por la muerte de su padre parece ser nada más que una elegía sentimental, un lamento lúgubre con el propósito de rendir homenaje a Rodrigo Manrique, un caballero ejemplar de su época. Y quizás eso es todo, pero el abogado del diablo dentro de mí me hace preguntarme si tenía Jorge Manrique algún motivo encubierto al escribir este poema. De verdad pone su padre sobre un pedestal, alabándole encarecidamente, igual como los otros miembros de la nobleza, y de su propia familia.

Por ejemplo, en la trigésima sexta estrofa, Manrique declara que “la vida que es perdurable” se gana “los caballeros famosos, con trabajos y aflicciones contra moros” (420, 429-431). Pretende ser totalmente inclusivo en su retórica instando a la gente a que luchasen contra los moros y viviesen con el fin de entrar en la vida tercera, que es la fama. Pero acaso es su explicación un poco partidista. Al fin y al cabo, aunque insiste Manrique en la igualdad de la humanidad frente a la muerte y la insignificancia del estatus social, hace mención de casi ningún hombre que no sea de la clase alta. Alaba a un “claro varón” (432), un gran “señor para criados y parientes” (301-302) – me hace preguntarme si Manrique prodigaría en tantos elogios un campesino, un ateo, o un moro. De esta manera el poeta no predica con el ejemplo. Se podría decir que presenta una forma de propaganda a favor de la aristocracia bajo la apariencia de una perspectiva humilde y plebeya.

Entonces quizás Manrique quería consolidar la adoración a los nobles, e impedir que su etapa de gloria se escapara de sus manos. El poema tiene una atmósfera casi de nostalgia, como si ya supiera Manrique que el tiempo del reino de familia como la suya estaba llegando a su fin. Puede ser que Manrique estuviera tratando de recalcarle a la gente cotidiana los valores de una época despareciendo, con el fin de inmortalizarlos en las páginas de la historia. Bueno, lo más probable es que sus sentimientos fueron sinceros, pero no lo considero imposible la idea de que los acompañasen algunas intenciones políticas.

La Perspectiva de Las Mujeres en las Jarchas

Un tema que a mi me pareció interesante particularmente en las jarchas fue la omnipresencia y también ausencia completa de la mujer. Una mujer suele protagonizar estas composiciones cortas, resultando en el sentimiento de una mujer colectiva. La voz seductiva, angustiada, y a veces suplicante que invoca el poeta al final de su poema casi se puede oír gimiendo, enferma de amor. La mayoría de las veces, la temática de las jarchas es de índole amorosa y el tono es profundamente doloroso. Frecuentemente traen a la memoria un affaire intenso y lleno de emoción, una relación que haga que las dos partes vuelvan locas de amor. Y es posible que fue así. Pero esta imagen se ve enredada cuando se nota que por lo común, las mujeres no desempeñaban ningún papel en el escribir de estas experiencias; los poetas casi siempre fueron hombres. Entonces, las jarchas que se enrollan en la historia de la mujer desesperada, anhelando la atención de su amigo/amante, ahora aparecen como un poco atrevidas, cuando no arrogantes, por parte del hombre. Vuelve más complicado aún cuando se trata del abuso sexual, como vemos en la jarcha de Yehuda HaLevi: “¡No me muerdas, amigo! ¡Yo no quiero al que hace daño! Mi corpiño es frágil. ¡Basta! A todo me niego.” Me parece raro la yuxtaposición de palabras que sugieren violencia, como mordery hacer daño, igual que el tono urgente, y la palabra cariñosa “amigo”. Me pregunto si el poeta de verdad está preocupado por el asalto sexual de la mujer; quizás está intentando arrojar luz sobre el tema del consentimiento. Por otro lado, puede ser que esté quitando importancia de la situación, pintando la resistencia de la mujer como su forma de coquetear. ¿Está el poeta del parte de la mujer que imita, o son estas jarchas una manera de oprimir y quitar las voces de las mujeres? Bueno, no está claro, pero es seguro que no estamos leyendo sólo unas experiencias amorosas desde la perspectiva de una mujer. Al contrario, las jarchas revelan algo con varios niveles de lectura, y hay que desentreñarlas para apreciar su sentido.