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Borges y su identidad

Juan Luis Borges es famoso por su exploración de lo existencial y metafísico. En “Borges y yo”, se cuestiona a sí mismo y a su identidad personal, creando un personaje aparte el narrador “yo”, que personifica este lado cuestionador. Al llamar a la otra identidad “Borges”, el narrador enfatiza que el otro Borges es el “a quien le ocurren las cosas”, o la cara pública, porque Borges es probablemente el nombre que los reporteros y otros se refieren a él. La forma en que el narrador habla de Borges sugiere que es superior porque el propio narrador está “destinado a perder[se]”, y también Borges ganó el derecho a su nombre partido. En la historia, el narrador critica al Borges, llamándolo “vanidoso” y como un “actor”. Este narrador, sin embargo, se resigna a seguir siendo parte de Borges, diciendo “Yo he de quedar en Borges, no en mi (si es que alguien soy)”. Esta resignación muestra que él sabe que es vital para Borges, y que no sabe si es posible ser distinto de el Borges que se ve públicamente.
Borges ilustra sí mismo como dos personajes de una manera que yo no habíamos visto antes, aunque hemos visto a un autor escribir sobre sí mismo antes- la “Piedra negra sobre una piedra blanca” de César Vallejo. En el poema de Vallejo, sin embargo, él mira hacia atrás y registra los detalles de su muerte, y el poema de Borges se mira a sí mismo desde el momento actual y reflexiona sobre él mismo, percibiendo su personalidad pública. El estilo experimental de la historia sugiere que pertenece a la era vanguardista. Exploramos temas de identidad como la literatura del modernismo, pero el modernismo explora específicamente la identidad latinoamericana, mientras que Borges está interesado en su identidad personal.

Notas de como vivir de Machado

La era del modernismo explora la identidad espanol. Los escritores “estudian sus paisajes y tradiciones” para crear una obra que representa “lo espanol”. Construir un identidad espanol en los poemas, los poetas “prefieren un lenguaje cercano al habla cotidiana” (2). Se puede ver estos aspectos en el poema “He andado muchos caminos” del Antonio Machado. El poema se escribe simplemente en la forma de un cuento como la poesía de la edad media, y se escribe sin ambigüedades. El estilo sencillo permite que la poesía del modernismo sea accesible a todos, porque los poetas se centraron en cómo los pueblos y la población rural mantenían “lo español” y buscaron captar el sentimiento.

El título viene de la primera línea, donde el narrador insinúa que conoce el país íntimamente por decir que el “[ha] andado muchos caminos” (1). Empieza la primera parte con “en todas partes [ha] visto/ caravanas de tristeza” (5-6). La gente se describe como “soberbio”, y que están “apestando la tierra” (14). Esta gente desprecia los que “beben/ el vino de las tabernas” (12), sugiriendo que la gente tristeza vienen de la clase alta, y son desconectadas del país. En el segundo parte el narrador se repite el comienzo con “Y en todas partes [ha] visto/ gente que danzan o juegan”. El parte final describe la gente feliz que ha encuentro como llena de vida, a pesar de la tristeza que infecta el otro poblacion, y a pesar de que puedan tener solo “cuatro palmos de tierra” (18) y viajan por “mula vieja” (22). Esta gente vive “en el momento”, comunicado por como ellos “[nunca] preguntan a donde llegan…y no conocen la prisa” (20, 23).

El poema termina con “y en un dia como tantos,/descansan bajo la tierra”. Esta línea muestra que Machado no considera la gente contenta ser extraordinario, porque al final se mueren y estan enterrados como todos. La mensaje final sugiere que no elegimos en si moríamos, pero si elegimos como vivimos.

camino de santiago

https://www.elespanol.com/cultura/patrimonio/20180702/monumentos-espanoles-consagrados-unesco/319498053_3.html

 

Las golondrinas de Goyena

Las fábulas de Rafael García Goyena se distinguen de las que hemos leído antes porque ponen las historias en un contexto latinoamericano utilizando puntos de referencia que habrían estado familiarizados con la gente, como Guatemala y Habana en el poema “Las golondrinas y los barqueros”.

En el poema, las golondrinas rechazan la oferta de unos barqueros a descansar en su barco, y luego se hunden por el agotamiento mientras los barqueros se ríen de ellas. En el contexto de la época, y sabiendo que Goyena era conocida por satirizando la sistema colonial, las golondrinas se puede ver como metáforas de España. El poema sugiere que la arrogancia de España los causará problemas, y que podrían haber liberado las colonias, pero como quisieron luchar, se pondrán más difícil y al final todavía van a perder.

El único ave que habla con razón dice “No nos expongamos/ a morir ahogadas,/ si a medio camino las fuerzas nos faltan”. Aquí el ave usa la palabra “fuerzas”, como las fuerzas de un ejercicio, y al final las aves alaban, diciendo que “tenemos de sobra/para ir de españa”, creando una relación entre España y América Latina. Se entiende que España es muy lejos, y también se sugiere que debido a que las aves están lejos de su hogar en Guatemala, son ignorantes del lugar, como que el gobierno español no entiende sus colonias.

Al final el narrador se dirige al lector diciendo “Esta fabulilla/ se llama la Capa,/ vistala el lector”. Con esto el narrador le dice al lector que preste atención, como una pista de que hay una lección importante más allá de la moraleja de las golondrinas.

 

El acuerdo con el diablo

En Don Juan Tenorio, don Juan y don Luis hicieron una apuesta hace un año a decidir quien es mas masculino por cuantos hombres pueden matar, y a cuantas mujeres pueden seducir. Es irónico que para ellos, ganar esta apuesta les trae honor, aunque para las mujeres, el honor reside en su pureza e inocencia. Don Juan es repetidamente descrito como Satanás, pero en contextos diferentes. Don Gonzalo lo llama un “hijo de Satanas” (30), porque ha descubierto la apuesta, y no quiere que un hombre así dañando el honor de su familia. Al otro lado, don Luis está preocupada de si perdiera la segunda apuesta, porque a él le “Parece que ‘le asegura/ Satanás en cuanto atenta” (40). Aquí sugiere que don Luis tiene miedo de que don Juan tenga un pacto con Satanás que le ayude y dé inusual habilidad con las mujeres.

A pesar de que se sugiere que don Juan tiene ayuda del diablo, todos los mujeres en la obra se muestran tontas y fáciles de persuadir, como si un hombre no le necesitare ayuda de ganarlas. A Brigida permite entrar a don Juan por dinero, y Don Inés se enamora con don Juan porque esta joven y inocente. Después de un monólogo de Don Juan, Doña Inés dice “Callad, por Dios, oh, don Juan!/ que no podré resistir/mucho tiempo sin resistir…ámame porque te adoro” (78), mostrando su ignorancia. A pesar de la sugerencia de los hombres de que Don Juan tiene suerte y poder antinaturales, se necesita poco esfuerzo para persuadir a las mujeres. Esto, por supuesto, también puede apoyar a la idea de que Don Juan tiene un pacto con Satanás, porque su pacto podría manifestar que sus situaciones con las mujeres serían fáciles, no necesariamente que tiene la habilidad de ganar a mujeres difíciles.

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La pelea entre Samaniego y Iriarte

Los escritores Félix María de Samaniego y Tomás de Iriarte eran conocidos por ser enemigos. Esta epigrama es un ejemplo de su animosidad, ya que su propósito es burlarse de Iriarte como escritor y traductor. Las epigramas “tienen una larga tradición clásica entre griegos y romanos” (6), y los dos escribieron en un estilo neoclásico. El poema comienza con Samaniego llamando a Iriarte por su primer nombre, “Tomás”, como si fuera un amigo familiar, y como si todos los que leen supieran quién era ese Tomás. Dice que las obras de Tomás no son “ni buscadas ni aun leída”, aunque fueron prohibidas por la Inquisición, sugiriendo que no fueron suficientemente populares para merecer el tiempo o la preocupación de la Inquisición.

En la segunda estrofa, invoca los nombres de griegos y dioses griegos, diciendo que su obra habría molestado a los griegos “Horacio y el buen Virgilio” (2), habría ido a Júpiter a preguntar “cómo permites que Iriarte/ traduciéndose sin arte,/ nos ponga en disfraz de payos” (6-8). Aquí pregunta por qué Júpiter, también llamado Júpiter, dejaría que tal cosa ocurriera. Samaniego toca las dos partes de la vida de Tomás de Iriarte: su vida como escritor y su vida como traductor. En la primera estrofa dice que las obras de Tomás son indignas de la inquisición, financiado por la corona, y en la segunda, que son indignas de los grandes autores que está traduciendo, y de sus dioses.

En la segunda estrofa, Horacio y Virgilio refieren a Tomás de Iriarte sólo como “Iriarte”. Esto contrasta con el principio en lo que llama el como “Tomás”, y esta familiaridad se elimina. El uso del primer nombre sugiere que Horacio y Virgilio no le tienen interes en Tomás, y que el no es conocido por ellos. El dios Júpiter también es llamado por su otro nombre, Júpiter, para enfatizar su llamado a él, como si usara su segundo nombre para asegurarse de que escuchan sus gritos. La obra se llama epigrama, que suele ser una “declaración memorable” (6), y son frecuentemente “inscripciones sobre esculturas u otros artefactos” (6), pero este epigrama sólo fue escrito por el humor, a mostrar públicamente la discordia entre los dos autores.

Los valores de Manrique

Jorge Manrique escribió una elegía sobre su padre Rodrigo Manrique. Durante esta época, el poema sobre la “inevitabilidad de la muerte” (1) fueron común a través de la epidemia de la Peste Negra. La empieza de “Coplas por la muerte de su padre” tiene un tono de lamento del muerte de su padre. Manrique se recuerda a los lectores “cómo se pasa la vida” (3), y cómo “a nuestro parecer/cualquiera tiempo pasado/fue mejor” (10-12). En la segunda estrofa, el enfatiza la breve naturaleza de la vida, diciendo “todo ha de pasar por tal manera” (22-23). A partir de aquí Manrique habla sobre como todo el mundo se mueran, y que en la muerte somos “iguales” (33).

Manrique en el final de las coplas demuestran cuán religioso y dedicado a su fe fue. El dice que nosotros salimos de nuestro mundo “para el otro” (49), donde finalmente nosotros “descansamos” (49). Manrique repite en múltiples de estrofas la idea de nuestro mudando preoccupacions no les importan, diciendo en una “la hermosura/la gentil frescura y tez/ de la cara…todo se torna graveza” (84-86, 93). Sin embargo, no dice que los mundanos logros de su padre no les importan. De lo contrario, el alardea que su padre es “tanto famoso/y tan valiente…no cumple que los alabe…pues que el mundo todo sabe cuáles fueron” (292-292, 295, 298-299). Al final “El Muerto” dice que su padre ha reclamado “tanta sangre derramasteis/de paganos”, y entonces mereces la vida eternal. Esta idea de los héroes merecen la vida eterna a la misma nivel de “los buenos religiosos” es un valor de la época. Manrique no intenta a representar su padre como un hombre pacifico y generoso, porque el fue primero un soldado y la vida de soldado fue tan respectable, o mas, que una vida tranquila, mostrado por la lituratura popular que siempre tiene un heroe. 

La Burla Publica de Gongora

Francisco de Quevedo escribió el poema “Poderoso caballero es don Dinero” como un comentario satírico sobre la sociedad, pero escribió “A una nariz” como una broma sobre su enemigo, Luis de Góngora. Quevedo conocido por ser antisemita, y como Góngora es judío converso, lo uso como una oportunidad para burlar de su nariz por un soneto entero, sin cambiar el tema. En la primera línea, dice que hay un hombre con una nariz “pegado”, lo que sugiere que la nariz es una carga para él. Los comparaciones de la nariz a unas cosas grandes son creativos y utiliza descripciones exóticas. Ejemplos incluyen “Ovidio Nason”, “una pirámide de egipto”, y “una galera”. Estos ejemplos se usan para enfatizar el tamaño de su nariz, pero también son interesantes y fascinantes, posiblemente para mantener la manera ligero de la broma. Además de los metafóricos, Quevado dice que la nariz es “un naricisimo infinito/muchisimo nariz” para asegurarse que no hay ambiguedad. A Quevado le odio “la estetica retorcida de Gongora” y posiblemente quería escribir un soneto sin duda a quien le escribio

Quevedo también quiere que decir que Gongora es inutil, porque se dice que es un “un reloj de sol mal encargado/ érase un elefante boca arriba”. Un reloj de sol sin el sol es inútil, y también la imagen de un elefante boca arriba es una idea absurda que ilustra cómo ve a Gongora absurdo o ridículo. En la línea final, dije que la nariz en la “cara de de Anás fuera un delito”, haciendo un comentario obviamente antisemita para recordarle al lector que los judíos crucificaron a Jesús.