La Disparidad

Estoy muy interesada en la dicotomía durante la generación de’ 98 en España entre los dos grupos: los aristócratas y la burguesía. Aunque ésta no es la primera vez en la historia donde vemos a la clase obrera luchando por los derechos sobre aquellos a quienes se les dieron privilegios desde el nacimiento, parece que este periodo en España produjo una gran cantidad de literaturas bellas empoderando a las masas.

Antonio Machado contribuye a estas obras. Especialmente en su poema “He andado muchos caminos”, proporciona una plataforma en la que los lectores pueden identificarse con la mayoría de la gente de España. Inicialmente escribe, “en todas partes he visto caravanas de tristeza, soberbios y melancólicos” (versos 4-7), donde expone el hecho de que dondequiera que vayas en el mundo, hay gente que es pobre. ¿Pero por qué es así? Luego yuxtapone a estas personas con los que son más fortuna, escribiendo “y pedantones al paño que miran, callan, y piensan que saben” (versos 9-11). Acentúa el hecho de que estas personas siempre piensan que son mejores que las otras, y este patera persiste. Sólo porque nacieron en un estatus superior, deshumanizan a los que están debajo de ellos. Pero hacia el final del poema, Machado gira esta idea: “Y en todas partes he visto gente que danzan o juegan, cuando pueden (versos 15-17). Él humaniza a estas personas y simplemente afirma que también disfrutan de sus vidas como los aristócratas. Trabajan duro para ganarse la vida, pero al mismo tiempo son seres humanos que bailan, juegan, etc. Sí, este sistema de disparidad social es horrible, pero a lo largo del camino no podemos olvidar que la gente de abajo es como todos los demás, viviendo lo mejor que pueden.