Santa Teresa en “Vivo sin vivir en mí”

Santa Teresa de Avila da una perspectiva interesante porque era descendiente de judíos durante una época de persecución para ellos. Temprano en el siglo XVI, había mucha retórica antisemítica. Ella buscó la seguridad en un convento y se convirtió en monja carmelita. Fue muy activa en un punto histórico de mucha censura de la Iglesia, pero todavía tenía gran influencia con sus obras. Estas piezas de su identidad son importantes cuando examinar sus poemas.

En su poema “Vivo sin vivir en mí”, podemos ver ideologías del gran propósito de vida, una conexión profunda a Dios y lealtad al Iglesia. La línea que repite al termino de todas estrofas se lee, “que muero porque no muero” (pagina 5). Como en “Coplas por la muerte de su padre” por Jorge Manrique, se expresa la idea que el propósito de vivir es morir, aunque la presentación y contexto de ambos poemas son muy diferentes, y estas diferencias cambia el mensaje mucho. En el poema de Manrique, la vida es un camino hacia la muerte, y el poema sirve parcialmente como un fuente de consuelo después de la muerte de su padre. En cambio, la santa da el mensaje que la muerte es un escapo de la vida, lamentando “¡Ay, qué larga es esta vida!” (línea 18). También, ella declara su devoción al Señor diciendo, “…vivo en el Señor, \ que me quiso para sí; \ …el corazón le di” (líneas 7-9). Se usa lenguaje tan poderoso en referencia al sentimientos religiosos, así que se expresa devoción dedicación. Estos sentimientos eran la leña para las conquistas religiosas, como la Inquisición. Como Santa Teresa, muchas personas creían que “qué vida tan amarga do no se goza el Señor,” y esto encendió su deseo de convertir a las masas (líneas 25-26).