Desde 1810 hasta 1825, la pregunta principal que rodeaba a los países hispanoamericanos era cómo seria posible crear naciones donde las ex-colonias pudieran interactuar juntas independientemente de sus diversas diferencias sociales y culturales. Fue una batalla intelectual entre la civilización y la barbarie, donde el objetivo principal era “educar” a los indígenas, que era la mayoría del país. Sin embargo, la lucha por la independencia y el emprendimiento creó un nuevo sector económico, compuesto por campesinos. Estos mestizos campesinos se convirtieron en inspiración para la poesía romántica y un buen ejemplo es La Vuelta de Martín Fierro, que es un poema escrito sobre el “gaucho”, una especie de vaquero que tenía ideales y tradiciones tanto de los indígenas como de los españoles.

En este poema vemos el diálogo entre el Moreno y Fierro, donde Moreno expresa su independencia al decir “yo he vivido libre sin depender de naides”, y continúa repitiendo la palabra “Yo sé”, que en mi opinión destaca su confianza en la forma en que fue criado. Aunque el período estuvo marcado por una “batalla” entre barbarie y civilización, aquí podemos ver que barbarie era de hecho la esencia del país y que, en lugar de ser cambiado, debería haber sido abrazado.

En este poema, Martin Fierro parece que era un defensor de la igualdad, especialmente cuando dice que “Dios hizo a los hombres blancos y negros y no dijo que uno era mejor”, que es un argumento muy progresista. Sin embargo, es muy irónico, ya que mató al hermano de Moreno, pero muestra que cambió de opinión y que tal vez era una persona mejor.

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