Semejante a la repetición de las palabras “fuego, fuego” de Tisbea, Leonor también se repite a sí misma y dice “venganza, venganza” (866). Ella no está motivada por el amor, sino por su deseo de venganza contra Don Juan. De manera similar a Tisbea, Leonor no busca recuperarlo, sino hacer que Don Juan pague por el sufrimiento y la pérdida de honor de ella debido a su abandono. Para lograr este objetivo, ella se viste como hombre y planea matar a Don Juan. Ella gana el apoyo de Don Fernando por engañándolo y diciendo ser su familia (pienso), y está emocionada al saber que se hizo amigo de Don Juan.
La trama se mueve rápidamente, y Leonor muestra más autoría de sí misma que las mujeres en la obra de Molina, quienes vienen al rey y le piden que actúe en su parte. Ella está comparada con Camila, un personaje femenino anterior que fue comparado con las guerreras amazonas de la mitología griega (501). Cuando Ribete comenta que parece más valiente vestida de hombre (la mujer varonil), Leonor responde “Yo soy quien soy; engañaste si imaginas, Ribete, que soy mujer; mi agravio mudó mi ser”(505-510). Esta línea muestra su autonomía y también muestra la idea de que ella no es solamente una mujer y un peón para Don Juan, como retrataron a las mujeres en la obra de Molina.
En comparación adicional, Doña Leonor tiene un estatus social mucho más alto que Tisbea: tiene su propio criado y es la hermana de Don Fernando, quien habla con el rey. Además, no está claro si Don Juan encontró a Leonor, o Leonor siguieron a Don Juan a su ubicación presente, pero en esta situación es claro que Don Juan no está llegando a seducirla. Él ha puesto su mirada en otra mujer, Estela, y parece actuar como un héroe rescatando a ella y Lisarda de los bandidos. También Don Juan le confiesa a Don Fernando que fue cruel por su parte dejar a Leonor, cuando dice “cansado y arrepentido la dejé, y seguí la fuerza…” (403).Claramente esta representación de Don Juan con remordimiento y decencia es diferente a la de Tirso, y la protagonista también lo es.