El nuevo gracioso

Ribete es el lacayo de Leonor, el personaje principal, y se puede decir que él sirve como el gracioso de la obra. Hay paralelos entre él y Catalinón, quien es el criado de Don Juan y el gracioso en el Burlador de Sevilla. Aunque Ribete juega el papel de amigo más que criado, los dos son fieles hasta el fin a sus amos, y traen gracia a las obras, normalmente a través de unas líneas listas.

Sin embargo, creo que son distintos en que son complementos a dos personajes muy diferentes. Catalinón es la voz de razón, presagiando el futuro fatal de su amo Don Juan y siempre predicando lo ético y justo. Hasta ahora, Ribete también ha sido tan consciente, pero comenta más en la estructura de la obra y la trama que las acciones de los personajes. Por ejemplo, dice, “estoy mal con enfadosos que introducen los graciosos muertos de hambre y gallinas… ¿por fuerza he de ser cobarde? ¿no habrá un lacayo valiente?” (526-531). Supongo que los ‘enfadados’ que menciona Ribete son los dramaturgos que escriben las comedias. Además, luego dice, “ya me parece comedia donde todo lo remedia un bufón medio alcahuete” (560-562). Ya hemos discutido la idea de ‘romper la cuarta pared:’ eso es lo que está haciendo Ribete pero a la vez está criticando la propia obra en que aparece. Me sorprendí un poco esta táctica de Ana Caro. Aún más porque las líneas apartes normalmente critican lo que está pasando en la escena. “Malos van los títeres… si en los primeros ensayos hay arrobos, hay desvelos, hay furores, rabias, celos, relámpagos, truenos, rayos, ¿qué será después?,” le pregunta a la audiencia (798-810). Es casi como nos está pidiendo salir del teatro.

Todavía no estoy segura de la función de Ribete en la obra. ¿Presagiará el fin de la obra? ¿Revelará algún verdad universal durante las últimas dos jornadas? De alguna manera, yo creo que ya que Leonor es tan ferozmente determinada y está involucrada en (más, consumada por) la venganza, Ribete sirve de contraste con ella por ser un poco separado de la historia, comentándola aparte. Su meta-comentario es algo nuevo y una herramienta interesante de Ana Caro en esta obra.