El soliloquio de Don Juan: su personificación de todo lo que está mal en el mundo (según Ana Caro Mallén de Soto)

  1. La justicia, el poder, el honor y la nobleza en página 38-41

El soliloquio de Don Juan empieza con una descripción de la ciudad de su nacimiento, Córdoba, en que él enfatiza la justicia, el poder, el honor y la nobleza, incluyendo el conocimiento como las ciencias y los estudios, de su ciudad. Él hace referencias a un poeta latín y un filósofo (Lucano y Séneca, respectivamente en línea 246), y su “Moralidad virtuosa” (l. 251, p. 38). Además, él continúa refiriendo a otros escritores y literatura, probablemente para una audiencia de la clase alta o la gente con educación, que por último “se advirtieran en los vicios que hace el tiempo” (l. 264-65 p.39). Estas declaraciones presagian sus engaños en el futuro y contraste con su pasado de engaño de una mujer en Sevilla, Leonor/a, que él revela a Don Fernando cuando los conocen en el bosque. La “noble sangre” (l. 283), heredado de su familia y enfatizado explícitamente por Don Juan, insinúa que él no tiene escrúpulos en sus engaños porque siente invencible en sus acciones. Don Juan explota su poder intrínseco, de su estatus y género, cuando él engaña con palabras de la moralidad. Esta moralidad está yuxtapuesta con la angustia de Leonor y su búsqueda de la justicia por la pasión “injusta” (l.l.829, p. 63) y su “nobleza despreciada” (l.l. 860 p.64).

  1. El amor y el matrimonio en página 43-45

En otro soliloquio de Don Juan, él enfatiza su opinión general sobre el amor y el matrimonio. Don Juan describe la hermosura de una mujer, pienso que está hablando de Leonor aunque empieza con “el Príncipe por Estela” en página 43, y compara a ella con un “ángel” (l.l. 374). Hace promesas y aún le da “la palabra de esposo” (l.l. 388) a Leonor pero todavía todo es por su propio placer. Don Juan refiere a su manipulación del amor como “mi propio designio” (l.l 396), sin la opinión de Leonor, y es muy vago sobre cómo su plan del matrimonio está roto. Por eso, la opinión del matrimonio de Don Juan solo es por su propio placer; su plan del deseo egoístamente nunca involucra el deseo de su amante. Don Juan sale y viaja a muchos países, como Francia y Inglaterra, para remediar esta situación “sin despedirme ni hablarla, con resolución grosera” (l.l 406) y con todo su tratamiento malo de la mujer, él todavía se representa a sí mismo como un noble y un héroe por su nobleza. En realidad, él es un cobarde por su inhabilidad de enfrentar las repercusiones de sus acciones y su arrogancia por su poder y egoísmo en su paradigma repetido del engaño.