Martin Fierro y la Discriminación Contra Los Negros

Martín Fierro es un gaucho pobre que se vuelve en un bandito y asesina a un “moreno” en una pelea despues de luchar en una guerra contra los indigenas en las pampas (Martín Fierro: Poesía hispanoamericana del siglo XIX 1). El racismo de Martín Fierro en su trato con las poblaciones negras de Argentina a lo largo del poema épico se convierte en un tema significante que alude a las actitudes racistas que existían en el Siglo XIX. Después de emborracharse en una fiesta con sus amigos, el gaucho toma la decisión informada de atacar a un hombre negro cuando dise, “como nunca, en la ocasión por peliar me dio la tranca, y la emprendí con un negro que trujo una negra en ancas (Martín Fierro 1153-1156). Además, el gaucho también expresó sus puntos de vista misóginos y racistas hacia las mujeres negras cuando él se burló de una mujer y le dijo, “negra linda. Me gusta pa la carona y me puse a talariar esta coplita fregona: A los blancos hizo Dios a los mulatos San Pedro  a los negros hizo el diablo para tizón del infierno” (Fierro 5). Este pasaje revela el carácter racista del gaucho porque el objetivó y degradó a una mujer porque es negra a través de una insinuación sexual. Además, su rima va más allá de eso al argumentar que Dios hizo a los negros inferiores y demonizar a la raza negra en el proceso.

Al final de la pelea el gaucho profeso, “por fin en una topada en el cuchillo lo alcé, y como un saco de güesos contra el cerco lo largué” (Fierro 7). Estos versos presentan a un hombre que no siente remordimientos por haber matado a un hombre solo porque era negro y revela su odio hacia los negros. Despues de matar el hombre negro el guacho exclama “en esto la negra vino, y empezó la pobre allí a bramar como una loba. Yo quise darle una soba a ver si la hacía callar, mas pude reflesionar que era malo en aquel punto, y por respeto al dijunto no la quise castigar” (1245-1254). Estos versos continúan indicando que el guacho es violento y casi golpea a una mujer porque estaba llorando a su pareja muerta que él mató despiadadamente.

Estas tensiones raciales se tratan de manera diferente en el segundo libro de Hernández, La vuelta de Martín Fierro (1879), una narrativa un tanto más conciliadora. El guacho retrocede en su declaración anterior de que los negros fueron hechos por Dios y profesa que, “Dios hizo al blanco y al negro sin declarar los mejores, les mandó iguales dolores bajo de una mesma cruz; mas también hizo la luz pa distinguir los colores” (Fierro 9). Aunque el gaucho tuvo una transformación en sus puntos de vista raciales., el racismo violento que expresa en el primer libro refleja el legado racista del Siglo XIX. Cuándo los países latinoamericanos se independizaron se quedaron con la cuestión de cómo convertir las ex colonias, con sus diferentes etnias y clases sociales, en naciones coherentes. Para muchos criollos ilustrados, “la respuesta fue identificarse con la civilización europea, donde estaba la riqueza, la democracia, la luz de la razón y el progreso. Sería necesario entonces eliminar o transformar (educar) la “barbarie” indígena, africana o mestiza” (Fierro 1). La mentalidad racista del guacho refleja esta negación de la negritud en la creación de nuevas naciones que querían eliminar la barbarie Africana.

Image result for martin fierroImage result for martin fierro