El Soneto de Cervantes: Diálogo entre Babieca y Rocinante

Tomo un clase de Cervantes, es verdad,  y por esta razón es obvio que me fascina este soneto y su contexto histórico.

Un ejemplo de un caballo tan delgado como yo imagino Rocinante
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Cervantes fue un genio literario, ya sabemos eso, pero este soneto sirve para probar este hecho. Quisiera empezar por hablar sobre las diferencias entre Babieca y Rocinante. Babieca es el caballo de Amadís de Gaula, un héroe famoso en la literatura de la caballería. En cambio, Rocinante es el corcel de Don Quixote, un hidalgo que volvió loco por leer tantos libros de la caballería.  Lo que me fascina sobre este diálogo es que el amo de Rocinante fue obsesionado con Amadís y por el libro hay referencias a este héroe, y la influencia que tenía en el hidalgo loco. El soneto empieza con una conversación sobre la apariencia de Rocinante: “-¿ Cómo estáis, Rocinante, tan delgado? / – Porque nunca se come y se trabaja / – Pues, ¿ qué es de la cebada y de la paja? / – No me deja mi amo ni un bocado.”   Es importante notar que, en el libro, como he aprendido en mi otra clase, Don Quixote no cree que es necesario comer porque dentro de los libros de caballería no menciona la acción de comer. Este hecho esta reflejado en la última estrofa cuando dice, “¿cómo me he de quejar en mi dolencia / si el amo y escudero o mayordomo / son tan rocines como Rocinante?” Cada caballo representa su amo en varias formas. Rocinante es tan delgado como su amo donde Babieca parece bien criado por ser caballo de un caballero verdadero.