El Soneto Barroco

La similitud entre la poesía de Garcilaso de la Vega y Luis de Góngora es considerable a pesar de los títulos diferentes de sus estilos respectivos.  Los dos estaban separados de casi dos generaciones, y es evidente en las estructuras de sus escrituras. Pero, todavía en la naturaleza contrastivo del harmonio del renacimiento y el desorden del barroco hay paralelos en lo que los poemas están diciendo.

El Soneto XXIII de Garcilaso suena tan similar al Soneto CLXV de Góngora. Los dos hablan de la belleza de una mujer en el contexto secular de la naturaleza. La mujer en el Soneto XXII está comparada a la rosa, con su belleza y también fragilidad. La segunda estrofa describe su pelo, y como responde al viento cuando dice “y en tanto que el cabello, que en la vena del oro se escogió, con vuelo presto, por el hermoso cuello blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena”. La lengua es bastante bonita, pero todavía enfoque por lo general en lo literal. Esta descripción rica pero enfocado es típica de la fascinación con la forma humana en la poesía del renacimiento. Por otro lado, las metáforas que describen María en el Soneto CLXV de Góngora son significantemente más complicadas con menos referencias al cuerpo real. Él describe sus rasgos como fenómenos en la naturaleza y después añada los mitos romanos para más enrollar la metáfora. Creo que la referencia a la mitología romana (cuando dice “de la edad Febo eclipsado y el claro día vuelto en noche obscura”) es típica de los dos estilos, pero la dimensión de complicación que presenta Góngora es ejemplo de la complejidad formal del barroco. Creo que la cita de Febo refiere a María cerrando sus ojos, para dormir o morir, porque más antes dice que “Febo en tus ojos”.

El ritmo es casi lo mismo en los dos, obviamente porque los dos son sonetos, pero el nivel de detalle que entrega el soneto de Góngora en una estrofa es mucho mayor que el gemelo en el soneto de Garcilaso.