La fuerza de los Estados Unidos en “A Roosevelt”

“A Roosevelt” por Rubén Darío discute la relación de poder entre los Estados Unidos y Latinoamérica. Se escribió en 1904, durante una época en que los EE.UU. se involucraron en los cosas de Latinoamérica. El poema se dirige directamente a Roosevelt, quien representa todo el EE.UU. Por ejemplo, Darío escribe “Eres los Estados Unidos/eres el futuro invasor/de la América ingenua que tiene sangre indígena.” Por consiguiente, los EE.UU. se describe como un invasor poderoso. Luego, Darío lo compara a otros invasores, como Alejandro y Nabucodonosor. Un tono de resistencia al poder de los EE.UU. aparece cuando Darío escribe: “Crees que la vida es incendio,/que el progreso es erupción;/en donde pones la bala/el porvenir pones./No.” Estos versos muestran un rechazo de la fuerza brutal y violencia que los EE.UU. emplean en sus invasiones. Darío reconoce el poder extremo que los EE.UU. posee. Escribe, “Cuando ellos se estremecen hay un hondo temblor/que pasa por las vértebras enormes de los Andes,” mostrando su influencia en el resto de América. Compara el grito de los EE.UU. al “rugir del león,” una referencia al poder colonial pasado de España, que es representado por un león. Los EE.UU. toma propiedad de todo. Son ricos y conquistan lo que quieren.

En la estrofa final, Darío se desplaza de la discusión de los EE.UU. a la discusión de Latinoamérica. Tiene mucho orgullo en la historia de Latinoamérica y crea una lista de las personas importantes que la han influído. Darío emplea anáfora cuando escribe: “la América del gran Moctezuma, del Inca,/la América fragante de Cristóbal Colón,/la América católica, la América española,” mostrando las identidades diversas que han formado Latinoamérica. La describe como “la hija del Sol,” una imagen orgullosa que enfatiza el resplandor de Latinoamérica. Darío muestra que no necesita el impacto enérgico de los EE.UU. para ser excelente. El poema termina con una revelación que Latinoamérica tiene algo que los EE.UU. no tiene: Dios. Entonces, Latinoamérica tiene una moralidad y espiritualidad que los armas de los EE.UU. no pueden obtener.