La Edad Media

Creo que el aspecto más interesante de la lectura sobre poetas en la península Ibérica era la colaboración entre los musulmanes, cristianas, y judíos en esferas artísticas. La superposición de las diferentes idiomas en un poema singular es algo que nunca he visto.

Es interesante ver no solo la intersección entre las lenguas, pero también la intersección entre la folclore y religiones de las culturas diferentes. La jarcha del poema El Mercader de Sedas de Málaga habla de Ibrahim, una profeta común del cristianismo, judaísmo, y islam. La linea “Señor mío Ibrahim, oh nombre dulce” tiene sentimientos de familiaridad y ternura pero al mismo tiempo hay un tono de respeto con el título “Señor”. Es una combinación de amor y fe con una figura tanto humano como divino que se puede ver entre los tres religiones conectados. No es sorprendente que esta “convivencia pacífica” culminó en “la edad de oro” del poesía en la península Ibérica.