La sangre en jornada 2°

Esta obra de teatro por Lope de Vega desafía los papeles de género tradicionales de esta época. En esta obra, una mujer es el personaje principal (algo que no lo hemos visto con obras anteriores de poesía y teatro en clase) y demuestra su poder como mujer en la obra. Además, ella tiene el control de Teodoro y también ha rechazado a muchos hombres. Este concepto es muy raro, especialmente considerando el contexto de esta obra cuando muchas mujeres se casaron con hombres que acababan de conocer, sin amor ni pasión. Me pareció muy interesante el elemento de la sangre, como un elemento físico y figurativo.

La sangre de Teodoro en el fin de la 2° jornada alude a algunos temas: los papeles de género y la clase social. Físicamente, esta escena crea una imágen de Diana con la sangre de Teodoro – una vista muy rara de la mujer. Ella dice, “Para mí esta sangre quiero” (línea 2341). Literalmente, ella es representada como una mujer sanguinaria, una imágen que se correlaciona con la dinámica de poder en la obra. Además, ella está diciendo que quiere estar en la clase social de Teodoro. Su amor es prohibido porque están en clases sociales diferentes. Antes en la obra, Diana alude a este evento con la sangre de Teodoro con la frase, “un libro de secretos dice que es buena la sangre para quitar el cabello (desos murciélagos digo), y hare yo sacarla luego, si es cabello la ocasión, para quitaría con ellos” (676-682).

También en el fin de la 2° jornada, Tristán bromea sobre la sangre de Teodoro, dice, “Pagó la sangre y te ha hecho doncella por las narices” (2353-2354). Esta frase enfatiza los papeles de género intercambiados en esta obra de teatro porque la alude a la antigua tradición de cómo las mujeres perdieron su virginidad en esta época. Era muy común que la familia real / noble se sentara en la misma habitación cuando la pareja recién casada tuvo relaciones sexuales por primera vez. Después, la familia buscaría sangre en las sábanas para asegurarse de que ella era virgen. Si es así, colgarían las sábanas ensangrentadas por la ventana (en algunas tradiciones). Así, cuando Tristán refiere a esta tradición (que era una tradición sexista en mi opinión porque no le importaba si el hombre era virgen), enfatiza el intercambio de papeles de género en la obra.